diciembre 29, 2008

Negativas

Puedo sentir cuando respiras;
cuando meces las ramas
y desprendes las hojas secas
que llevas al inframundo,
al sitio del amor que te niego
por las edades,
por los rincones;
cuando me ves y no existo,
cuando vuelvo del paraíso
de tus piernas exactas
deportado por ti,
por tu voz de sirena desencantada
de la vida inerte,
por la semilla, la simiente
ahogada en negativas;
por las tentativas frustradas
del beso, el abrazo,
la vida juntos;
el descenso del silencio
en tus parpados;
por tus huesos que crujen
al contacto de mis manos,
las historias secretas
de la imaginación,
la canción,
la guitarra.
El engendro que fui,
que me posee al salir
de tus amarras,
mis miedos, los tuyos,
son agua del río que sale de su cauce,
la sagrada palabra que renace
cuando tu voz la invoca;
mi boca sedienta de la tuya
-faquir del deseo-
sufre al sentir el filo
del amor la piel,
un sueño frustrado,
una lágrima en tu rostro,
mi media vuelta;
tu odio
que crece y se marcha
tras el rastro de un
hilo de mi sangre,
cava las cuencas
de estos ojos
que no te ven
pero te mienten.

diciembre 26, 2008

Ausencia Vespertina

Cuando la tarde
limpia las calles
cuando las sombras trepan
las paredes
espectros resucitados
buscando un alma expectante
que ofrezca calor
me convierto en fantasma también
buscando un cuerpo
refugio abierto
refugio mío
refugio mujer
por días enteros
ando las avenidas
ultrajadas por motores
grito
lloro
pierdo mi voz
en el laberinto ocre
lánguido sol que muere
sin herencia ni pasión
sin un guiño de complicidad
abandonado en agonía
sin piel
me lamo las costillas
para matar el tiempo
de soledad
de sociedad con el viento
saber que existe y no está
que vuelve con el alba a su sitio
saber las mañanas sin noches
que un crepúsculo nace
llenando de zozobra
este mundo
vacío de nuestros cuerpos

A plenilunio

E ibas corriendo
con los pies descalzos
por la luna llena

y yo
preguntando la hora
al tiempo
y su reloj de pulso
de manecillas cercenadas
sujetando el momento de tu llegada

e ibas corriendo
con los pies descalzos
por la luna llena

y yo
con los ojos
en un plato con arroz
y hierbas medicinales
en las cunecas vacías
desorbitado

e ibas llorando
con los pies descalzos
por la luna llena

y yo
simulando un cielo
con pañuelos
de ceniza y metal
sin pájaros ni serpientes
sin nubes ni lágrimas

e ibas lloviendo
con los ojos cerrados
por la luna llena

y yo
besando las colinas
las cañadas
los labios remojados en sangre
con el alma al filo de mis tripas
y la cabeza en la luna

e ibas muriendo
con los pies descalzos
sin la luna llena

y yo

tapando la luna con un dedo.

Hola Beatriz

Hablo: averno;
sus lunas llenas y estrellas
maceradas en olvido,
ausencia de lamentos
con la tristeza tatuada en la piel.

Hablo: tiempo;
vertiente de blus, jazz,
música de mis negros itinerantes
camino al éter
de la santa muerte.

Hablo: gris;
siniestro cielo
ultrajado por cometas de acero inoxidable
antes de la lluvia,
mi cielo.

Hablo: yo en pasado:
corazón sano
en medio de un purgatorio
del que no quise salir.

Creador

La ventana y su luz
cuatro paredes
heridas de humedad
flores marchitas
estampadas en la alfombra
nadando en el aire de la tarde

agoniza el poeta

se vierte a una
hoja amarilla
se desangra en versos
amor
silencio
vida en descenso
camino
tinta de su pluma voz

(la musa le ha tomado)

su silla como humo
ligera gaviota
meciéndose al vaivén de los vientos del sur
cálidos
el cuarto se sumerge
y emerge
en un halo de mediodía
las flores de la alfombra
renacen
sus renuevos trepan
por sus piernas
rodillas
historias
en su pecho
olores de jazmines
rosas
letras como mariposas
revolotean en torno a su corola
todo macerado en poesía
por una breve eternidad

hasta que de golpe
se cierra la ventana del block
todo vuelve a apestar
a ser
las mariposas moscas
las flores cadáveres
las paredes gris dolor

pero quedan sus ojos
desorbitados
irradiando una luz pequeña
por haber nacido poeta
por haber sido dios
por haber creado la galaxia
sempiterna de un instante
en un pedazo de papel amarillo

Antes de la implosión

Temo al amor amor
al amor que me das por las mañanas frías
temo encontrarte sedienta
y ser desierto de palabras amorosas
sin más que tres verbos en la sien
que temen salir
tan fríos
tan míos
como tus dedos
danzantes en mi cabello
atando los hilos de un miedo
que crece al verte
hermosa
amor

Temo saberte ceñida del vacío
de mis manos amor
y tocarte de lejos
inventando la forma
de ser raíz
de ser sementera
de ser
amor

Temo dejar libre tanto amor
que nos rodea amor

Temo que muera
ese momento
en que seamos vapor de gloria
que asfixie la soledad que nos envuelva
poco antes que el cosmos implote
y todo sea
blanco amor
como las sábanas y yo

diciembre 25, 2008

Ciclo

Cuando el tiempo olvida
la tapia,
cuando me harto de sol
como antes del invierno,
cuando los espejos están limpios
de ti, del caos
de tu pelo,
cuando nada hay
prohibido en el café
sin azúcar,
cuando la cama no es nube,
ni húmeda, ni bambolea;

apareces.

Con la sonrisa fría,
las manos llenas
de ánimos
(mis miedos),
pies pequeños
yendo de tu ausencia agonizante
a la cocina, la sala,
mi camisa;

resucito a la muerte de tenerte,
entretenerte;
ser casa de versos de amor
sin ventanas, postigos ni mirillas
en la montaña del sur;
con la escalera caracol
sin ascenso ni descenso
solo centrífugas
del miedo al tiempo,

vueltas interminables del reloj de
arena de la memoria,
desierto de certezas
donde el ave de
tu voz asecha,
para recodar que el invierno
llaga,
llega.