agosto 17, 2009

El Devenir

I
Madre,
créeme otra vez,
hágame silencio, mar
de agua y de sangre, Madre,
hay gusanos desesperados,
mi carne tiembla y el tridente de neptuno
ha caído;
Madre, el mar se seca y el polvo
me sepulta,
esta piel luce grietas,
estas manos pierden su rosa,
¡Madre, su rosa!
no hay una espina invicta;
la calma se consume sin mí.

Madre,
cambie mis zapatos,
los gusanos muertos;
tengo hambre,
cansado estoy,
fui al sol,
quemé su rosa, Madre.

II

No tengo armas y mis dedos mutilados están,
mi compañía
es la soledad que viene del desierto;
Madre, no hay trincheras.
El martirio en las manos del tiempo espera.
Madre, el reloj avanza,
avanza,
avanza…

III

Ayer fui
al sol, cambié
las cintas magnéticas por la memoria,
pero no la fe
en los perros y una
sonrojada luna que los ignora;
Madre, en mi cumpleaños no habrá regalos,
pero cuénteme el río,
su tumba,
la mía,
los grumos y pasto por venir.
Madre,
cánteme la vida.