agosto 30, 2013

Caída


Derramarme
después del fuego y
las noticias de los diarios,
volar
en picada, verter
mi cuerpo dentro
del vacío de tu ausencia, mirar
el horizonte hecho jirones,
desgastado
por la repetición
proverbial
del nombre alegría,
pero antes del impacto
incendiar el aire
que te toca y me toca y toca tu ausencia,
y sentencia,
la inclemencia de
tu lengua sobre mí,
sobre el giro inesperado de esta historia
destinada a no tener destino,
a perderse en el claustro del aparente,
a ser recordada por las letras no escritas en este libro,
o en la Biblia si fuera necesario.

Anoche te miré tras un cristal
hoy queda sólo
el eco de tu imagen
y un ángel en llamas retorciéndose en el suelo.